Dos años después de que el 55% de los ciudadanos de Washington aprobaran en referendo la Iniciativa 502 que legalizó completamente la marihuana para uso recreativo, el estado del noroeste de Estados Unidos emite este lunes sus primeras licencias, con lo que la venta puede arrancar en las próximas 24 horas. Como sucedió en enero en Colorado, el otro estado donde se legalizó la producción y venta de marihuana, hay proveedores y vendedores limitados por complicaciones burocráticas.
Hay también precios disparados ante la escasez de hierba. Hay, además, expectación de los consumidores y expectativas de un boom de ingresos en la arcas públicas. Se calcula que mañana abrirán 20 establecimientos de los 334 que autoriza la regulación en distintas ciudades de Washington, incluyendo en enclavez que se opusieron a la legalización como Vancouver y Tacoma.
Esos establecimientos tendrán poco que ofrecer pues de los 2.600 aplicantes para producir marihuana solo 80 han recibido de momento y por distintos motivos licencias, y al haberlo hecho en marzo no ha habido tiempo para una gran cosecha. La falta de inventario hace que se calcule que la factura por una onza de marihuana (28,35 gramos, el máximo que puede comprar cualquiera mayor de 21 años) pueda alcanzar los 400 dólares en los primeros días.
En Colorado en enero la venta también empezó con precios muy por encima de los del mercado negro pero ahora allí se ha estabilizado en un precio cercano a los 85 dólares por onza más impuestos. A través de esas tasas en Colorado se han recaudado ya 24 millones de dólares. Washington se frota las manos con cálculos que estiman que en los próximos cuatro años las arcas públicas se engrosarán con 190 millones de dólares.
Lo que no se podrá ofrecer tampoco en Washington de momento por falta de oferta son los comestibles, que se han confirmado como uno de los fenómenos en Colorado. Allí ha estallado la popularidad de golosinas, refrescos y hasta aliños de ensalada realizados con marihuana, un fenómeno que no está exento de polémica.
Con más dificultades para controlar las dosis que se consumen por ese método, hay quien mira con cautela a los comestibles, como una columnista de ‘The New York Times’ que narró su experiencia tras un mal ‘viaje’ por ese método. También a comestibles de marihuana se han asociado siquiera parcialmente dos muertes en Colorado, la de un joven universitario que saltó por el balcón de un hotel y un hombre que mató a su esposa mientras sufría alucinaciones.
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