La organización internacional Estudiantes por la Libertad (SFL por sus siglas en inglés) lanzó ayer su campaña “Fin a la prohibición” para pedir el cese de la ofensiva que llevan a cabo los Gobiernos de todo el mundo contra el consumo, la producción y la comercialización de drogas.
La red de más de 1.300 grupos universitarios liberales en todo el mundo busca promover el fin de lo que los jóvenes consideran una de las peores y más trágicas políticas públicas del siglo XX y XXI.
“Fin a la Prohibición es una campaña que da cuenta del fracaso que por décadas ha sido la guerra contra las drogas y de los ejemplos progresivos de despenalización y legalización alrededor del mundo”, expresa la organización en el sitio web creado para la ocasión.
Según informa la presentación de la campaña, esta acción educativa surge para evitar la muerte de más personas inocentes en manos de la violencia estatal y de los distintos cárteles que controlan el negocio.
“Gracias a la prohibición, el narcotráfico es un negocio en extremo lucrativo que le ha servido a organizaciones terroristas como las FARC y Al-Qaeda para financiar sus operaciones delictivas. En el caso de las FARC, se estima que el narcotráfico representa más del 60% de sus recursos. Y en el caso de Al-Qaeda, el narcotráfico y los secuestros constituyen su financiamiento principal. Además, estos grupos suelen ser socios comerciales en el tráfico de drogas y armas”, expresa la organización.
Estudiantes por la Libertad sostiene que la obsesión de los países por combatir a las drogas ha deteriorado la buena gobernanza, resultando en mayor corrupción y en un débil desarrollo económico provocado por el desvío de fondos que pueden destinarse hacia otras áreas.
Entre sus principales argumentos, la red de jóvenes universitarios señala que los problemas que ocasionaron la prohibición de las drogas son incontables. Sólo en México murieron en todo el siglo XX y XXI más de 70.000 víctimas de la violencia relacionada con los cárteles del narcotráfico.
Otra consecuencia vinculada con la prohibición es la emigración masiva de niños y jóvenes de Centroamérica, a donde se han desplazado los cárteles de la droga luego de la ofensiva estatal en México.
Además de dejar a las cárceles superpobladas, la criminalización del mero consumo y comercialización de estupefacientes concentra los esfuerzos policiales en estos “crímenes sin víctimas” en lugar de reprimir verdaderas agresiones a las personas.
Alexander McCobin, presidente de Estudiantes por la Libertad, afirmó que “la prohibición no sólo ha fracasado estrepitosamente en limitar el acceso de la población a las drogas, sino que ha perjudicado activamente un sinnúmero de individuos y sociedades alrededor del mundo. En Estados Unidos, más de 8 millones de estadounidenses han sido arrestados por posesión de marihuana en los últimos 10 años, con un costo para el país de US$3,6 mil millones cada año, así como una pérdida inconmensurable de capital humano”.
“La guerra contra las drogas es, en realidad, una guerra contra nosotros mismos. Esto tiene que terminar”, sentenció.
La campaña “Fin a la Prohibición”
El esfuerzo global se concentrará, por un lado, en la difusión en internet de material educativo multimedia y por el otro en la distribución activa sobre los efectos de la prohibición en las distintas universidades, campus y eventos a desarrollarse en 18 idiomas y en más de 200 universidades de todo el mundo.
En el marco de una de las campañas de mayor cobertura a nivel internacional contra la prohibición, McCobin comentó: “Los jóvenes de hoy están exigiendo un cambio en la forma en que nos acercamos y legislamos las políticas de drogas, y es tiempo de que los políticos y los responsables de presentar las políticas públicas nos tomen en serio en este asunto”.
El vicepresidente de Marketing y Comunicaciones de SFL, Frederik Cyrus Roeder, le señaló a PanAm Post que la legalización de la marihuana en Uruguay fue un paso más para recuperar la libertad perdida en manos de la prohibición.
“Dar a las personas más autoridad sobre sus propios cuerpos es definitivamente una buena causa. La solución en el mundo ideal sería legalizar y liberalizar totalmente el uso de drogas, pero cualquier paso en esa dirección es un alivio para los individuos que están hoy sufriendo la guerra contra las drogas”, indicó.
Con respecto al objetivo principal de la campaña, Roeder advirtió que el propósito no es glorificar el uso de las drogas, sino crear conciencia sobre los problemas y la miseria creada a nivel global que conlleva el intento del Estado de impedir el acceso de la gente a las mismas.
A pesar de las críticas que podrían surgir ante la propuesta de la liberalización de las drogas, el activista libertario señaló que hay varios ejemplos a nivel mundial con “señales muy positivas” acerca de despenalizar su consumo.
Mencionó que ya son 28 los países que ya han despenalizado —lo cual no es legalizar— el consumo del cannabis, entre los que se encuentran Ecuador, Colombia, Uruguay, Argentina, Dinamarca y México.
A pesar de que la mayor parte de la campaña está concentrada en la popular imagen de la marihuana, Roeder mantiene una visión consistente al explicar que la visión de la organización es manifestarse abiertamente en contra de la prohibición de todos los crímenes sin víctimas: actos que son considerados ilegales pero donde ningún individuo identificable es agredido físicamente.
“Terminar con la criminalización del uso de las drogas llevará a un mundo más libre y próspero”, concluyó.
Despenalización y los casos de éxito
A modo de ejemplo, SFL ha hecho hincapié en los casos de países que han tomado una política liberalizadora en relación a las drogas. Además de los 28 países que han adoptado la postura de eliminar penas carcelarias a la posesión del cannabis, en países como Portugal se ha despenalizado la posesión de todo tipos de drogas.
Destacan asimismo el hecho de que, en el caso de Portugal, en los dos años subsiguientes a esta medida se han reducido en un 50% las muertes relacionadas a casos de sobredosis.
También resaltan los Países Bajos, donde luego de políticas públicas sobre drogas menos represivas se ha llegado a considerar el cierre de ocho cárceles debido a la falta de criminales y la sobrecapacidad de su sistema penitenciario.
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