Quien no lo haya presenciado en primera persona, ya sea por consumo propio o ajeno, seguramente tiene conocimiento de ello por el cine o la literatura: la marihuana abre al apetito incluso si el que la toma acaba de comer recientemente. Ahora, un grupo de científicos del French National Institute of Health and Medical Research de Burdeos (Francia) ha elaborado un estudio para deducir por qué se produce este efecto.
El trabajo, ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature, ha consistido en un experimento que ha probado el mecanismo que conecta el hambre con el sentido del olfato y la comida. Para ello emplearon ratones como ‘cobayas’ y prestaron atención a un receptor específico del cerebro, concretamente el cannabinoide 1 (CB1), que es activado precisamente por componentes como la resina del hachís y, en este caso, el principio activo de la marihuana (THC).
El equipo de científicos liderado por Giovanni Marsicano descubrieron durante su ensayo que a los ratones a los que les fue bloqueado el receptor CB1, y habían estado en ayunas durante 24 horas, disminuyeron su ingesta de comida sin presentar rasgos de ansiedad. Por otro lado, los rodeadores que fueron estimulados mediante el receptor CB1 con el principio activo de la marihuana y que también estuvieron en ayunas, mejoraron su sensibilidad a los olores y se mostraron muy hambrientos.
De esta forma, y con más aplicaciones futuras en otros campos, este trabajo concluyó que el circuito olfativo del CB1 podría ofrecer un punto de partida para el tratamiento de desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia.
FUENTE: http://www.ideal.es/sociedad/201409/15/hambre-marihuana-20140910141322.html
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