Barcelona. (EUROPA PRESS).- El Ayuntamiento de Barcelona ha ordenado el cese de la actividad de 49 clubes cannábicos de la ciudad al detectar deficiencias en su funcionamiento y por problemas de convivencia, un 34% de los 145 clubes que tiene la ciudad y que han sido inspeccionados.
En rueda de prensa, el primer teniente de alcalde y responsable de Seguridad, Joaquim Forn, que ha comparecido junto al inspector de Ciutat Vella, Benito Granados, ha advertido de que «la falta de regulación de estas asociaciones no puede convertir Barcelona en un lugar ideal para la venta y consumo de cannabis» y permitir que se desarrollen actividades fuera de la ley.
Entre este martes y este miércoles, la Guardia Urbana ha precintado 13 de estos locales (diez en Ciutat Vella y tres en Horta-Guinardó), que habían hecho caso omiso a la orden de cese y tenían las deficiencias más graves, y otras siete ya han cerrado voluntariamente. Las otras 29 deben cerrar y subsanar las deficiencias detectadas, por lo que se exponen al precinto si no lo hacen en el plazo de 48 horas, y se prevé que, si incumplen, puedan haber más precintos, ha avisado Forn.
En las inspecciones se ha valorado especialmente que los clubes hayan comunicado su actividad al Ayuntamiento -no requieren licencia de actividad, solo una comunicación al consistorio-, que adecuen su actividad en sus estatutos, que se cumplan las condiciones de salubridad y ventilación y que no hayan quejas vecinales.
Entre las irregularidades detectadas también está la publicidad y captación de clientes, principalmente entre los turistas, venta a menores, venta a no socios, presencia de traficantes, venta de otras sustancias estupefacientes o realización de otras actividades como la venta de bebidas.
Forn ha lamentado la proliferación de los clubes cannábicos por el actual «vacío legal», que facilita su apertura, ya que hasta ahora una asociación de este tipo registrada como entidad puede operar solamente haciendo una comunicación al Ayuntamiento de acuerdo con la Ordenanza Municipal de Actividades y la Intervención Integral de Administración Ambiental.
Sin embargo, el consistorio lanzó en junio una ofensiva contra los clubes suspendiendo temporalmente los comunicados para la instalación de nuevas asociaciones o su ampliación, e inició la redacción de una regulación municipal para determinar en qué condiciones estas asociaciones pueden abrir y desarrollar su actividad.
Según la Agencia de Salud Pública de Barcelona, el cannabis es la sustancia ilegal con mayor consumo entre todos los grupos de edad, y se estima que el año pasado consumieron esta droga el 29,9 % de los hombres de entre 15 y 34 años y el 16% de las mujeres de esta misma edad.
Acción coordinada
«Seguiremos con una actuación decidida, transversal y coordinada», ha dicho Forn, que ha resaltado que la primera prioridad es la convivencia y el bienestar de los barceloneses y que Barcelona está siendo un modelo para otras ciudades para afrontar la problemática.
Respecto a posibles acciones legales emprendidas por los clubes ante el cese de actividad, el teniente de alcalde ha defendido que el consistorio actúa con una «base legal jurídica clarísima para el cese y precinto de algunos locales» teniendo en cuenta que algunos permiten la entrada a menores, a no asociados y han instalado un bar.
El inspector Benito Granados ha explicado que en Ciutat Vella muchos de estos clubes tienen como modelo de negocio la venta a turistas -lo que no entraría en los estatutos de los clubes, que solo pueden tener socios permanentes-. Tienen una cifra de socios muy por encima de lo razonable y muchos solo han ido al local una vez: «Se acerca muchísimo al tráfico de drogas». Asimismo, ha explicado que en las diferentes inspecciones se han decomisado muestras de droga para acreditar que en algunas de estas asociaciones no solo se suministra marihuana a los socios, sino otras sustancias estupefacientes.
Reproches de PSC y PP
El PSC y el PP de Barcelona han culpado al alcalde, Xavier Trias, de la «proliferación» de los clubes cannábicos en la ciudad debido a la actual normativa que solo requiere de una comunicación al consistorio. «Si hay tantos clubes, sobre todo en Ciutat Vella, es precisamente porque el gobierno municipal ha permitido iniciar la actividad solo con un comunicado de apertura y no una licencia previa», ha lamentado en un comunicado el alcaldable socialista, Jaume Collboni.
Precisamente el 13 de junio el Ayuntamiento dictó una suspensión de comunicados para paralizar durante un año la apertura de nuevos locales, aunque el líder del PP barcelonés, Alberto Fernández, ha considerado que «nada de esto habría ocurrido si Xavier Trias desde el primer momento hubiera aceptado» las propuestas populares en 2013. Para Fernández, «gracias a Xavier Trias, Barcelona se ha convertido en la cocapital mundial del porro junto a Ámsterdam», aunque se ha mostrado favorable a las medidas tomadas por el consistorio, especialmente por la protección de los vecinos.
Tanto Fernández como Collboni han pedido una regulación municipal y el socialista ha recordado que el Ayuntamiento «tiene competencias para elaborar una normativa en la que se determinen horarios de funcionamiento de locales, distancia entre ellos y con centros educativos y salud, control de accesos, condiciones de higiene y salubridad, así como las condiciones de licencia». «A qué esperan a tenerla, otras ciudades de Catalunya, con solo cuatro locales, ya disponen de una regulación municipal», ha reclamado Collboni.
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