La operación lanzada este verano por el Ayuntamiento de Barcelona para poner orden en el boom de clubes de cannabis comienza a materializarse. Entre 15 y 20 asociaciones para el consumo de esta sustancia han recibido durante la última semana una orden para que cesen su actividad en 48 horas, según denunció este lunes la Federación de Asociaciones Cannábicas Autorreguladas de Cataluña (Fedcac). La notificación detalla las irregularidades que los locales deben subsanar si quieren volver a abrir.
La deficiente ventilación de los establecimientos es una de las causas más señaladas, según la Fedcac. A esta se suman la venta ilegal de cannabis, hacer publicidad e incitar al consumo, no acreditar el origen de las plantaciones, estar abierto al público en general e incumplir los estatutos de cada club, según informó el Consistorio. Este decidió a principios de junio tomar las riendas ante las prácticas ilegales en las que estaban incurriendo algunas de estas asociaciones. Vetó la creación de nuevas entidades durante un año y anunció que realizaría inspecciones en las 160 que operan en la capital catalana.
Una de estas inspecciones se tradujo este lunes en la clausura de la asociación 420, en la calle de Notariat (Ciutat Vella). La Administración le acusa de permitir la entrada al público general cuando a estos clubes solo pueden acceder sus socios. Un portavoz municipal aseguró que el club también admitía turistas y que la calidad del aire en sus instalaciones no era la adecuada.
420 optó por continuar operativa y presentar una querella contra tres altos cargos del Ayuntamiento por prevaricación, coacciones y atentado contra el derecho de asociación. Su abogado, Albert Miquel, afirma que se “han vulnerado derechos fundamentales como el de defensa y de asociación”. La Guardia Urbana precintó el local el lunes a las 10.30. La asociación está a la espera de que el juez admita la querella y suspenda el cese de actividad.
Los clubes Barnabis, en la calle de Regomir, y Green Planet, en la Placeta de Sant Francesc (también en Ciutat Vella), dejarán de funcionar este martes. El Consistorio sostiene que el primero desarrolla una actividad de restauración para la que no tiene licencia y que no cumple las condiciones de ventilación, salubridad y evacuación de humos. Al segundo le pide que deje de vender cannabis, realizar publicidad y que se ajuste a sus propios estatutos, entre otras cosas.
El Ayuntamiento recoge en su decisión la página de Facebook de la asociación, donde anunciaba eventos en los que se pondría a la venta comida y pincharía un dj, actividades para las que no tenía licencia. El letrado de ambas entidades defiende que “la mayoría de asociaciones tienen un bar” y que sus representadas estudian interponer una querella similar a la de 420. El local del Borne del club AbcdA también cerrará este martes sus puertas para reformar su sistema de ventilación, como le solicitó el Ayuntamiento.
A raíz de la contundente actuación municipal, Fedcac acusó a la Administración local de querer “acabar con las asociaciones de consumidores de cannabis” por “razones políticas”. La federación considera “injusto” y “arbitrario” el modo en el que se ha realizado el procedimiento. Según sostiene, en un plazo de dos días “es imposible” subsanar problemas como instalar un sistema de ventilación para que el humo salga por el tejado y no por la fachada.
Esta exigencia es nueva y se basa en un estudio de la Universitat Politècnica de Catalunya “realizado en un local”, coinciden Fedcac y los abogados de las asociaciones mencionadas. Denuncian que se está usando para clausurar otras instalaciones “sin verificar” que el aire también esté contaminado en ellas. El Ayuntamiento se negó a responder sobre sus actuaciones.
La federación lamentó que se dicten resoluciones para el cese de la actividad “sin que los hechos denunciados y los informes sobrantes en el expediente hubieran sido ratificados”. Acusa al Consistorio de “prescindir absolutamente del derecho a la presunción de inocencia e ignorar las normas básicas del procedimiento administrativo”.
La petición de Fedcac llega después de que su cúpula fuera detenida en junio pasado por los Mossos d’Esquadra en el marco de una operación contra el blanqueo de dinero. La plataforma denunció entonces que era víctima de una “persecución sistemática”.
Las asociaciones catalanas de cannabis ingresan unos cinco millones de euros al mes, según estimaciones del sector. Hasta ahora, estos clubes no necesitaban una licencia de actividad. Bastaba con registrarse como entidad y enviar una comunicación al Ayuntamiento. Esto ha contribuido a que se multipliquen por 10 en los últimos tres años, pasando de 40 en 2011 a los más de 400 que operan en la actualidad en toda Cataluña. Salud llevará en septiembre al Parlament un borrador de Propuesta de Buenas Prácticas para regular el autoconsumo de cannabis en la comunidad.
FUENTE: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/08/12/catalunya/1407876083_636472.html
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