Si Rajoy consume puros, ¿por qué no va la gente a fumar porros tranquilamente? O algo así planteó ayer el BNG, cruzado ya el ecuador de una campaña en la que está saliendo prácticamente a impacto efectista por día, muy currada. El Bloque agitó el tarro del voto juvenil proponiendo de manera formal legalizar el comercio de marihuana dentro de la Unión Europea. Sostienen los nacionalistas que el cannabis debería recibir en el Viejo Continente un nuevo tratamiento, «similar» al del alcohol y el tabaco, «comercializados e distribuídos controladamente, coa fiscalidade correspondente». Eso sí, agregan, a la par la UE debería integrar la política de drogas en la general de consumo y sanidad, además de incrementar los programas para el abandono de las adicciones.
En eso centraron los frentistas su mensaje del sábado. En el Día das Letras, asimismo, continuaron atizando al PP por tener el gallego «completamente relegado», en expresión de la candidata Ana Miranda. La de AGE, Lidia Senra, coincidió con aquella en la crítica a la política idiomática de la Xunta. «Milleiros de galegas e galegos saímos hoxe á rúa para demostrar que non imos consentir máis ataques á nosa lingua», espetó tras participar en un manifestación en defensa de la lengua de la comunidad.
Además, ya en A Estrada, la cabeza de cartel de Alternativa clamó contra el neoliberalismo imperante en Bruselas, «que pon en perigo» las denominaciones de origen de los productos de la comunidad. Cargó igualmente contra el «machismo pudo e duro» del exministro popular Arias Cañete. «O mellor é que marcha para a casa», sentenció.
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