Señor director:
La aparición de los medicamentos psicotrópicos a mediados del siglo XX constituyó un cambio radical en la historia de la psiquiatría, al dar un tratamiento seguro y eficaz a trastornos que en esa época se consideraban intratables, como la esquizofrenia, la enfermedad maníaco depresiva y la melancolía. En la actualidad los psicofármacos mejoran la calidad de vida a millones de personas en el mundo, incluyendo nuestro país. Son seguros y en su gran mayoría sin efectos deletéreos o que provoquen un daño significativo; su capacidad adictiva es casi nula, salvo las benzodiazepinas que pueden generar dependencia cuando no son indicadas por un especialista.
Comparar el uso de la marihuana con el uso de psicofármacos es erróneo. La marihuana es una droga que se ha comprobado disminuye las capacidades cognitivas de sus usuarios, aun sin estar bajo los efectos de ella, inclusive con un consumo ocasional (una vez al mes). Además, su uso se ha ligado a un aumento significativo de los casos de esquizofrenia, trastorno afectivo bipolar y a un alza de los intentos de suicidio. Tiene un alto potencial de dependencia y la literatura científica señala que sí es un factor de riesgo para escalar a otras drogas.
Se pueden invocar varias razones para legalizar el consumo de marihuana, pero no su inocuidad: claramente ésta es una sustancia dañina para el cerebro y, por ende, para la salud mental de las personas.
Fco. Javier Bustamante V.
Psiquiatra
Universidad de los Andes
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