Investigadores de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, han observado que el principal ingrediente psicoactivo del cannabis, el tetrahidrocannabinol (THC), puede reducir el crecimiento de los tumores, lo que podría dar lugar al desarrollo de un equivalente sintético con propiedades antitumorales.
El trabajo ha sido publicado en el último número de la revista ‘Journal of Biological Chemistry‘ y los resultados revelan la existencia de plataformas de señalización previamente desconocidas que podrían ser las responsables de los beneficios que dicen reportar los pacientes oncológicos que la consumen.
La investigación se llevó a cabo en colaboración con un equipo de la Universidad Complutense de Madrid y en ella utilizaron muestras de células tumorales humanas para inducir el cáncer en ratones. A continuación, dirigieron a los tumores pequeñas dosis de THC y vieron que dos receptores de las células, la interacción conjunta del CB2 y el GPR55, fueron responsables de los efectos antitumorales de la droga.
«El THC es conocido por actuar a través de una familia específica de receptores de células llamadas receptores cannabinoides. Sin embargo, no quedaba claro cuál de todos eran responsables de sus efectos antitumorales», ha explicado Peter McCormick, autor del trabajo.
Los resultados, según este experto, podrían explicar algunos de los efectos bien conocidos pero aún poco estudiados de cómo los niveles altos o bajos del THC condicionan el crecimiento del tumor.
No obstante, y aunque cree que con la identificación de los receptores implicados se da un paso importante para el desarrollo de futuras terapias, rechaza que los enfermos de cáncer caigan en la tentación de automedicarse con esta sustancia.
«Nuestra investigación utiliza el compuesto químico aislado y usar la concentración correcta es vital. Los pacientes con cáncer no deben usar cannabis para automedicarse«, ha insistido.
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