El primer referendo que aprobó el uso medicinal de la marihuana en EE.UU, en 1996, se cocinó en la sede humeante del Cannabis Buyers’s Club de San Francisco, una organización que había vendido marihuana a homosexuales que se morían de SIDA por más de una década.
Dennis Peron, el fundador del club, ya había pagado dos años en la cárcel por vender ilegalmente yerba a su base de 12 mil pacientes. Después de operar en las zonas grises de la ley durante años, decidió liderar la campaña de la proposición 215, que los californianos terminaron aprobando por 56%.
Lo que se llamó la Ley de uso compasivo de 1996, le dio derecho a los ciudadanos de California a comprar marihuana luego de que “un médico haya determinado que la salud de la persona se va a beneficiar” con su uso. En la práctica, hoy en California cualquier residente con $100 en el bolsillo puede obtener una autorización de un médico, recetada para dolencias tan sutiles como ansiedad, insomnio o dolor de cabeza.
El próximo noviembre, cuando le Ley de uso compasivo cumpla 18 años, el conservador estado de la Florida estará votando un referendo para legalizar la marihuana para uso médico. Si gana el sí, se convertiría en el estado 24 en aprobarse, además del Distrito de Columbia, y otros 8 estados donde derivados de la marihuana se venden como medicina. Una encuesta de la cadena Fox pone en 85% el apoyo a la marihuana médica en la Florida.
Desde la hazaña de Dennis Peron en el 96, el cambio de actitud hacia la marihuana has sido mucho más abarcador. Dos estados legalizaron la venta y producción de marihuana para usos recreativos, el 58% de los estadounidenses, según Gallup, está de acuerdo con la legalización plena para mayores de edad, y el 69%, según el Centro de Investigación Pew, cree que el alcohol es más dañino que la yerba.
En Colombia vamos a escuchar que la regulación de la marihuana medicinal busca abrir alternativas a pacientes de ciertas enfermedades. Se va a decir que el mercado de marihuana medicinal será restringido y regulado. Se insistirá que no se trata de una legalización disfrazada. Y en general todos estos argumentos tienen razón.
Sin embargo, y sobre todo por esto es importante que no pierda el apoyo político el proyecto del Senador Juan Manuel Galán, la legalización de la marihuana médica será el primer experimento real en Colombia de una política de drogas progresiva desde la sentencia de 1994 de la Corte Constitucional que despenalizó la dosis personal.
A pesar de las oportunidades que abrió el entonces magistrado Carlos Gaviria, la política de drogas vivió desde entonces las fricciones de un péndulo que se inclinó hacia la represión con el presidente Uribe. Tras un primer período presidencial de Santos donde el péndulo estuvo suspendido, este proyecto podría ser el inicio de un movimiento en el que la sociedad colombiana logre darle una nueva dirección a la forma como enfrenta el tema definitivo de su relación con las drogas ilícitas.
FUENTE: http://www.elespectador.com/opinion/el-pendulo-y-marihuana-medica-columna-511320
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